sábado, 15 de diciembre de 2012

No me cabe más ilusión en el cuerpo

Es increíble.
Es increíble porque me cuesta creerlo.

Pocas cosas como la noticia de hoy me han llenado tanto el cuerpo de alegría de arriba a abajo. Desde la sonrisa a la punta del dedo gordo del pie.

Esto, esto que he hecho desde siempre, esto que tanto me llena.
Esto que es tan a menudo mi vía de escape, mi desahogo.
Desde esos diarios que tenía siendo adolescente, las felicitaciones de cumpleaños, las dedicatorias en agendas, los escritos en las clases de ética, las decenas de historias empezadas sin final, las cartas, las declaraciones de rabia, amor y desamor, los cuentos regalados, hasta las entradas de este blog.
Dibujar con palabras lo que siento.
Narrar, describir e inventar.
Escribir.

Hoy, alguien ha querido darme un pequeño premio por hacer esto que tanto necesito.
No puedo sentirme más agradecida.

Para mí el regalo es pensar que quizá a alguien, en algún lugar del mundo, puedan mis palabras removerle por dentro, como a mí, tantas veces, las palabras de otro se me han agarrado fuerte en las entrañas.

Para mí el regalo es poder compartir lo que mis dedos quieren contar.

Me siento arrebatadoramente llena de ganas e ilusión para continuar mirando cara a cara al folio en blanco, y salpicarlo con frases que retumben en las miradas.

Gracias a todos los que alguna vez pusieron sus ojos en mis letras y me animaron a no abandonar esto.

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