Los secretos que yo conozco
gritan a voces,
son secretos
que puedes oír aún estando sordo,
secretos plasmados en mi semblante,
de día y noche y viceversa,
de pequeñas heridas,
de grandes cicatrices,
son puntos y comas de
mi pequeña historia,
son secretos imperceptibles
al oído del vulgar,
del cotidiano,
pero perfectamente escuchables
al abrigo de los bares,
de las melodías tristes,
de noches de luna y sin luna,
de los caminos que anduve,
pero cuidado, no los grites,
nadie te entenderá,
son como la locura,
todos la ven, la oyen,
pero nadie la entiende,
son mis secretos,
al fin y al cabo.
Kutxi Romero
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