viernes, 27 de mayo de 2011

Mañana

Mañana puede ser un gran día.

Quizá los semáforos se pongan en verde a tu paso, y no tengas que esperar el ascensor cuando llegues rendido a casa.
Puede que el modo aleatorio ponga justo la canción que necesitabas oir en ese momento, o que encuentres en los pantalones de verano ese preciado collar que creías perdido en invierno.
Tal vez tu madre te ha preparado tu comida favorita cuando vuelves hambriento a casa, o tal vez te pongas a estudiar esa asignatura tan complicada y descubras que la entiendes mucho mejor de lo que imaginabas.
Es posible que justo cuando te sientes en el sofá echen en la tele esa película que tantas ganas tenías de ver, o que tengas un sueño esta noche que te haga despertar con la sonrisa llena de color.

Hoy, no ha sido un buen día.
La cama me llama a gritos, las ranas me recomiendan que me acueste, que deje que llegue a su fin.
La almohada dice mi nombre pero no le contaré ni de la lluvia, ni del agobio, ni de la impotencia, ni de la rabia.
Le haré caso al color verde, verde esperanza.

Mañana, sí... Mañana puede ser un buen día.

martes, 17 de mayo de 2011

Con los cinco sentidos

Electricidad.


Los ojos se comen el cuerpo del otro en la distancia que les proporciona el deseo.
Una mirada descaradamente tímida, un pestañeo que anuncia la cercanía. La inercia que nos aproxima se nutre del contacto de tu iris con el mío, de tu párpado que me recorre, de mis pupilas que te atraviesan. Observamos con calma y con ansia el futuro anclaje de los dedos, el anunciado hospedaje de las cejas. Miro el hueco donde depositaré un beso, el trozo de mapa que arañaré. Disfruto tratando de visionar cómo quedarán tus vestiduras después de que las desgarre, ahora intactas, llenas de colores cálidos y suaves. Tú, me miras con salvaje inocencia, das un paso más, te acercas al precipicio.


Saboreamos las miradas y las convertimos en alimento.
Mi lengua no se conforma con los límites de tu boca, rompe fronteras y viaja al extranjero en busca de lugares inhóspitos, nunca explorados. Recorro los países dulces, los amargos, los picantes, los salados. Aprendemos de memoria el sabor de la urgencia creciente, me desayuno las palabras que se escapan de tus labios, y meriendo la piel que envuelve tus movimientos. Muerdes recovecos que no existían antes de que llegaras, masticas trozos de mis secretos que nunca habían sido pronunciados, lo paladeas todo y haces de ello un agitado postre. Tú, me besas despacio, das un paso más, te aproximas al vacío.

Se escuchan las caricias que rezuman vapor.
Hemos creado una banda sonora de suspiros, cada vez más fuertes, cada vez más evidentes. Retumban en el pecho los tambores, los latidos marcan el ritmo de esta melodía de piel, saliva y sudor. Haces acordes imposibles con mis cuerdas, aprietas el mástil de la guitarra de mis piernas. Te susurro letras que sólo hablan de tí y de mí, hace de este momento, letras de una canción recién inventada, sonidos que chocan en las paredes y se enredan en las tablas de la cama. Tú, me susurras detrás del oído, avanzas otro paso más.

Se huelen los gemidos que desgarran las gargantas.
El aroma del sudor impregnado de ganas. Los cuerpos desprenden anhelo contenido que explota, y se huele a sosegada impaciencia, a estallidos multicolor. Todo se impregna del aroma del futuro recuerdo, la esencia del éxtasis que no quiere ser olvidado. Aspiro hasta que se hinchan mis pulmones, hasta que tu sombra me empapa las venas. Tú, me hueles el pelo, respiración creciente, y caes, caemos al abismo.

Las manos tocan arcoiris de retales de desgarros.
Acariciamos las esquinas y las curvas de la irregularidad de los cuerpos, arañamos los huesos, desgarramos los músculos, se deshacen las pieles que nos disfrazan, y sólo somos dos animales cansados, solos, tú y yo, luchando contra el resto del mundo, dando manotazos a los demonios de las dudas, empujando a los muros del pasado. Rozas mi calma con tu aliento, palpas mi caos y lo domesticas, y mientras, yo, te rodeo con el dedo los lunares, peino con las yemas los poros de tu espalda, te enseño a base de dosis de piel la magia del contacto. Tú, me acaricias el hombro derecho, me aprietas fuerte la mano, me sacas del agujero, me llevas a la llanura de la paz sosegada de estas sábanas blancas.

Miradas perdidas, una vez descansadas, se vuelven a encontrar.
Renace, resurge, reluce y retumba la chispa.

Todo empieza de nuevo.
Sonrisa pícara. Mueca de grata sorpresa.

Electricidad...

lunes, 2 de mayo de 2011

Coge una frol..

Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere...

Arranca todas las flores del mundo. No importa cuántas. No servirá de nada. No serás feliz si tu bienestar depende de los demás. Quizá resulte duro refutar lo que te han intentado inclucar toda tu vida, sobre todo si eres mujer. Pero sí, hay mundo más allá, hay algo más importante que ser amado.

Olvida las canciones, echa a la basura los consejos, lo racional, lo que hay que hacer. Sé fuerte, pero llora si tienes que llorar, patalea si te da gana, si con ello logras aprender algo, nunca para regodearte. Revolcarse en la mierda sólo sirve para enfangarte más.

Permítete estar triste, o cabreado, pero también alegre, desenfrenado. Siente las cosas como te vengan, pero luego no te sientas culpable por ello. No te eches la bronca por ser humano, porque te duelan las heridas, las balas directas al corazón.

Escucha. Todo, todo, todo depende de uno mismo. De cómo lo afrontes, de cómo lo veas. Del cristal de tus lentes, del color de tus ojos. Replantea tu perspectiva, cambia de gafas, córtate el pelo, si ves que no va bien. No le tengas miedo al cambio,sobre todo si ya no puede ir peor. Todo parece pasar por algo.

Tiempo, tiempo. Siempre el tiempo. Él lo arregla todo, pone las cosas en su sitio. No lo maldigas si no transcurre con la rapidez que desearías.

Maldice al mundo y a la suerte si te hace sentir mejor. Pronto te darás cuenta de que es inútil: nadie es víctima de sus circunstancias.


Si algo he aprendido de las lágrimas a solas y en silencio es todo ésto. Hablo con la sabiduría que me da el fracaso. Y que nadie es imprescindible. Esto desearía no haber tenido que aprenderlo.

Coge una flor. Reformula la pregunta. Date cuenta de lo que importa de veras. Quizá entonces la respuesta logre satisfacerte, quizá entonces te sea útil.

Me quiero, no me quiero, me quiero, no me quiero...