sábado, 15 de diciembre de 2012

No me cabe más ilusión en el cuerpo

Es increíble.
Es increíble porque me cuesta creerlo.

Pocas cosas como la noticia de hoy me han llenado tanto el cuerpo de alegría de arriba a abajo. Desde la sonrisa a la punta del dedo gordo del pie.

Esto, esto que he hecho desde siempre, esto que tanto me llena.
Esto que es tan a menudo mi vía de escape, mi desahogo.
Desde esos diarios que tenía siendo adolescente, las felicitaciones de cumpleaños, las dedicatorias en agendas, los escritos en las clases de ética, las decenas de historias empezadas sin final, las cartas, las declaraciones de rabia, amor y desamor, los cuentos regalados, hasta las entradas de este blog.
Dibujar con palabras lo que siento.
Narrar, describir e inventar.
Escribir.

Hoy, alguien ha querido darme un pequeño premio por hacer esto que tanto necesito.
No puedo sentirme más agradecida.

Para mí el regalo es pensar que quizá a alguien, en algún lugar del mundo, puedan mis palabras removerle por dentro, como a mí, tantas veces, las palabras de otro se me han agarrado fuerte en las entrañas.

Para mí el regalo es poder compartir lo que mis dedos quieren contar.

Me siento arrebatadoramente llena de ganas e ilusión para continuar mirando cara a cara al folio en blanco, y salpicarlo con frases que retumben en las miradas.

Gracias a todos los que alguna vez pusieron sus ojos en mis letras y me animaron a no abandonar esto.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Amanece


Me has sacudido el corazón con dos simples frases, donde quiera que estés, me has removido por dentro y de un golpetazo me has hecho viajar en el tiempo, a ese momento en el que los días azules nos cruzaron y amanecimos mientras el sol arañaba.

Hay vínculos que duran solo una noche, unas palabras, y después se desvanecen.
Pero sí, me acuerdo y, por si no, tú, hace ya muchos veranos, lo dejaste escrito.
Y la suerte ha querido que yo no lo leyese hasta ahora, cuando ya no estás, cuando ya nunca volverás.

Me lo tomaré como un mensaje lanzado, desde otra dimensión, desde donquiera que estés volando..

http://cazadordemomentos.blogspot.com.es/2008/07/amanece.html



Sshh..

Sácame del bullicio de mi mollera con la algarabía del gentío. 
Ahora me apetece sumergirme en la carcajada más superficial, y quitarle importancia a las grandes catástrofes. 
Aunque mañana me arrepienta de mi desbocado desinterés, hoy me dejo embaucar por las nimiedades y las migajas esparcidas en la mesa. Ya me ocuparé de desmenuzar  los trozos podridos de pan otro día. 
Ignoro a los insidiosos por qués y a su agujereante zumbido. 
Observa como observo, como hago de la nada y de la risa mi alfombra mágica con la que volar a otras dimensiones. Un viaje cósmico en una décima de segundo. 
Permíteme permitirme este paréntesis, este lapso de quince o veinte minutos, en el que no soy yo+mis circunstancias, si no un simple y mundano yo, que responde a los estímulos pero sin analizarlos ni en forma ni en contenido. 
El idioma que se practica en estas nuevas fronteras es silenciosamente onomatopéyico. 
¡Ja! 

Que me sabe a libertad callarme entre tanto ruido..

domingo, 28 de octubre de 2012

Todo arde si le aplicas la chispa adecuada


>>Luego, agregó:
-Ve y mira nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adíós y te regalaré un secreto. 
El principito se fue a ver nuevamente a las rosas: 
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa: no sois nada aún-les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era má que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Y las rosas se sintieron bien molestas. 
-Sois bellas, pero estáis vacías-les dijo todavía-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que ella es la rosa a quien he regado. Puesto que ella es la rosa a quien puse bajo un globo. Puesto que ella es la rosa a quien abrigué con el biombo. Puesto que ella es la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que ella es la rosa a quien escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa. 
Y volvió hacia el zorro: 
-Adiós-dijo.
-Adiós-dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos-repitió el principito a fin de acordarse.
-El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
-El tiempo que perdí por mi rosa...-dijo el principito, a fin de acordarse.
-Los hombre han olvidado esta verdad-dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
-Soy responsable de mi rosa...-repitió el principito, a fin de acordarse.<<

Antoine de Saint-Exupéry

"El principito"

sábado, 20 de octubre de 2012

Aunque tú, ni nadie, lo sepa

Nadie
nunca
sabrá.

La tormenta que hay detrás de mis ojos.
Mis esfuerzos, mi disfraz.
Las risas empujadas, la humedad en aseos con pestillo echado.
La batalle que arde.

Lo que me cuesta que nadie,
nunca,
sepa.

La muchacha salvaje..
..no murió.

Solo estaba escondida, esperando este momento.
Las dudas germinando, el huracán arrasando.

Si tu magia ya no me hace efecto.. ¿cómo voy a continuar? 
Si me sueltas entre tanto viento.. ¿cómo voy a continuar?

Y todo lo que consigo, es que nadie entienda que..
..a la sombra de una mentira, moriré. 

domingo, 7 de octubre de 2012

Ese azul no va a volver

Me acuerdo.
Y ahora más que nunca.

Qué injusto es esto. Qué rabia, qué impotencia.

Recuerdo el verano en que nuestros días se entrelazaron.
Las películas que me enseñaste. Días Azules.
Los mensajes al móvil. Me escribiste que habías visto un gatico que te recordó a mí, por los ojos grandes, azules.

Los dos vagábamos ese verano. Estábamos perdidos y buscábamos refugio. No habíamos olvidado, y añorábamos cómo era dormir abrazado a otra persona.
Dormir, sencillamente.
Me acuerdo de esa noche. Yo llevaba el vestido morado.
Fue dulcemente extraño. Incómodo pero cálido.

Después tú seguiste tu camino, y yo el mío.

Pero me acuerdo de esos días azules de verano, en los que nuestras palabras se enredaron.

Y ahora.. Qué rabia.
Qué inmensa y desbordante pena.

¿Dónde están los días y ese azul?
Di un lugar donde estés tú..
El azar nos va empujando hasta el final...

domingo, 30 de septiembre de 2012

Anatomía del instante en el que me doy cuenta de que no estás

Justo en este instante.
Este.
El que ahora me duele.
Una canción, que ni siquiera habla de tí y de mí. Esa canción me ha arrancado de los brazos de la ignorancia en la que me he protegido estos días. No lo había asimilado, hasta ahora. Hasta este preciso momento.

Me he escapado en ciudades que no nos pertenecen, me he refugiado en sus esquinas y sus recovecos, en todas aquellas rutinas que no tenían que ver contigo. Con nosotras.
He distraído a la mente, me he preocupado de otros para no detenerme y pensar en el hueco. En la ausencia.

He vuelto a casa y mis brazos han hecho el gesto instintivo de llamarte. De agarrar el teléfono para escucharte, para que nos veamos y nos riamos juntas.

Pero es que te has ido.
Joder.
Te has ido.

¿Que dónde estoy?
Yo estoy aquí, cielo.
Siempre aquí. Un siempre de verdad, un siempre que no caduca ni se evapora.
Palabras convertidas en hechos, de veras, siempre.

Suelo decir que no soporto esperar.
Pero es que hay cosas por las que merece mucho la pena esperar.
Todo el tiempo del mundo.
El que haga falta.


No estarás sola, 
vendrán a buscarte batallones de soldados 
que a tu guerrilla de paz se han enrolado. 
Y yo en primera fila de combate 
abriendo trincheras 
para protegernos, mi guerrillera. 

No estarás sola, 
te saludarán a tu paso en mil idiomas, con mil lenguajes, 
la gente a la que despertaste en cada viaje.

No habrá distancias 
que no cubra cualquier hombre que te busque. 
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie. 
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca, 
FARO solidario en ausencia de paz, 
en tiempos difíciles Estrella Polar. 

Sola nunca, nunca estarás. 

No estarás sola, 
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida, 
quien te de aliento cuando te des por vencida. 
Tu revolución llenará sonrisas, 
yo la incorporé a mis aperos 
de trabajo, a mi vida. 

Clava hoy tus raíces en mí. 
Quién pudiera retenerte aquí. 
Visitaremos lugares a los que hemos 
ido antes juntas, 
antes de conocerte, 
antes de encontrarte. 

No estarás sola, 
siempre habrá quien te ayude a hacer las mudanzas, 
quien te regale manos flores presencias sin pedir nada. 
Y allí estaré para quererte, 
y aunque no esté, 
allí estaré para quererte.  

No estarás sola. 
No, no estarás sola. 
No estarás sola. 


miércoles, 22 de agosto de 2012

Sweating and dancing

Mi mano están sudorosa, pero tú no me la sueltas. Me la aprietas con más fuerza aún.

Yuando llueve, secas los mares de mis ojos con tus dedos. Me abrazas fuerte, esperas paciente a que me quede vacía. Y entonces me preguntas.

Y cuando sale el sol, cuando río, el mundo entero te da igual.

Y cuando me da la locura, cuando viene el huracán y la tormenta, si es euforia te subes conmigo a la montaña rusa, si es destrucción, me conduces con paso quedo a la calma.

Me meces y me acurrucas, me lanzas y me sacas la lengua.

Maullas y maullamos, nos comunicamos en nuestro idioma gatuno de guiños, onomatopeyas y miradas.

Me regalas el libro que ansío devorar, me envuelves en jazmín y en girasoles.

Soportas con paciencia el desorden que tanto te irrita, recorres cientos de kilómetros a la semana por un beso.

Me haces feliz siendo yo.




When a women loves a man..

So we´ll be standing up an holding hands, 
sweating and dancing, in shiny sunflowers shiny fields. 


martes, 10 de julio de 2012

Si abro la boca, se escapa el demonio que hay dentro

Mantén el tipo.
Procura no destapar la furia, la prisa, el huracán.
Sigue aguantando, sigue tragando, continua escupiendo a escondidas para que nadie vea.
Para que nadie pregunte.

Y ya.
Una palabra y ¡pam!
Disparo.
La gota que colma el vaso, el paso que conduce al furor.

El folio o pantalla en blanco es tu saco de boxeo.
Tu catarsis personal.

Hay una parte de tí que quiere salpicar.
Gritar y exigir. Recriminar y golpear.
Fusilar al ejército de gatos negros que te persigue.
Abofetear a todas esas voces que no se paran de lamentar.
Echas sus quejas sinsentido por el retrete.
Quieres envolver su debilidad y su egoísmo en papel de lija y regalárselo.
Quieres darles motivos para los reproches.
Embadurnarlos con la realidad. Y que apeste.

Deseas demacre, deseas untarte en algo repugnante.
Destrozar las murallas, las presas, los diques.

Destrucción constructiva.
Construcción destructiva.

Necesitas dejarte poseer por la envidia y la rabia.
Desquiciar, desbordar la intensidad.
Desafiar y desafinar. Perder la compostura.
Ensuciarte, incordiar. ROMPER.

Quieres destruir algo hermoso y delicado.
Quieres dejar de hacer lo que todos esperan de tí.
Quieres ser egoísta, quieres ser débil e inconsolable.
Una tormenta, desbocada, de verano.

Una fiera en furia.
La reina de la ruina.

Deseas tocar fondo, y ver qué hay más allá.

martes, 12 de junio de 2012

Otra vez


Todos tienen la certeza de que cuando vuelvan estaré aquí.
Siempre estoy.
¿Dónde si no?

Un trozo de mí en cada punta del mundo.


Se avecina otro verano lleno de despedidas.
Las cicatrices borradas por el tiempo dejan sitio a otros adioses, hacen hueco, gentilmente ceden espacio.
Tendrás que volver a acostumbrarte a vivir sin, igual que anteriormente aprendiste a vivir con.
Es fácil acostumbrarse a no estar solo.

Vuelves a ver cómo todos a tu alrededor se marchan, y tú, como siempre, estarás ahí, esperando para cuando quieran regresar. Con lo que te gusta esperar...
Te dejan de último recuerdo un abrazo que no llegas a sentir con la intensidad que merece, pues aún no notas el peso real de la añoranza. La sentirás en tu día a día, en la cotidianeidad de las nimias necesidades, de las tardes tiradas en el sofá, en los pequeños gestos a los que no les dabas importancia porque estaban presentes. Porque creías que no se ausentarían.
Es difícil valorarlo de veras cuando no lo has perdido.

O puede que luego descubras que en realidad no te duele tanto, y te repitas que a nadie necesitas, que nadie te hace falta. Tu cuerpo es tan adaptativo que te crees esas mentiras, y encuentras otros hombros, otras risas, otros gestos. Nada lo sustituye, nada los reemplaza. Son sucedáneos que más tarde se convertirán en otros que crees imprescindibles, y así continúan los entresijos, unos vuelven y otros se van, unos para siempre, otros temporalmente. El siempre no existe, y los caminos son complejos, se enredan y se diluyen. Nos volverán a juntar, pero mientras tanto...

No quiero que vuelva el pánico a las habitaciones vacías.




sábado, 2 de junio de 2012

23

Mírame.
Soy el girasol que lucha por llegar a lo más alto.
Que se encoge, quizá, de noche, pero sólo para ahorrar fuerzas y estar fuerte y firme cuando amanezca.




Y si llueve, me acicalo los pétalos, me limpio fuera y dentro. Apago la sed pero no me ahogo.

Mírame.
No lloro cuando se nubla el cielo.
El gris es siempre efímero.

No estoy sola. Germino acompañada de un campo infinito.

Me moveré lo que haga falta en pos de la luz, bailaré al son de la mañana.
Deslumbraré en un amarillo intenso.
Muy intenso.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Secretos


Los secretos que yo conozco
gritan a voces,
son secretos
que puedes oír aún estando sordo,
secretos plasmados en mi semblante,
de día y noche y viceversa,
de pequeñas heridas,
de grandes cicatrices,
son puntos y comas de
mi pequeña historia,
son secretos imperceptibles
al oído del vulgar,
del cotidiano,
pero perfectamente escuchables
al abrigo de los bares,
de las melodías tristes,
de noches de luna y sin luna,
de los caminos que anduve,
pero cuidado, no los grites,
nadie te entenderá,
son como la locura,
todos la ven, la oyen,
pero nadie la entiende,
son mis secretos,
al fin y al cabo.

Kutxi Romero


martes, 20 de marzo de 2012

Este ciego, no mira para atrás

Esta culpa arrugada que se remueve cuando aparece un coche verde.
Este campo de girasoles, inmenso, amarillo, al que no voy desde que era una niña. Plagado de ilusiones y secretos deseos en cada pétalo: pompas de jabón que se lanzan al aire, con una vida efímera pero perfecta, esférica, brillante. Se chocan con tus dedos que se convierten en asesinos de la belleza: me apetecía destruir algo hermoso.
Este libro que aún no está escrito, que tiene mil comienzos y un final ausente. Decenas de historias sin completar, dejadas en el olvido por la inconstancia y la falta de tiempo.
Esta charca de ranas, estas paredes plagadas de fotos, recortes, entradas, posavasos, postales, y demás objetos absurdos cuyo significado sólo yo entiendo, cuya importancia sólo yo valoro. Ocho paredes forradas con recuerdos que se acumulan y provocan sobrecarga visual. Pero sólo si vemos lo mismo una y otra vez deja de causar efecto, es al escuchar una canción mil veces cuando puede dejar de dolerte.
Esta monotonía como una amenaza, como una sombra acechante y peligrosa.
Esta circuralidad cansada de dar vueltas.
Esta furia y esta tormenta que no se saben contener, este tornado y este ciclón, esta muchacha salvaje domesticada(?).
Esta profecía autocumplida, esta desconfianza, esta incredulidad.
Este rastro de corazones hechos trizas.
Estas promesas sin valor, estos hechos en vez de palabras.
Esta contradicción como una rutina. Todo o nada, tuya o de todos, de nadie.
Esta voz que socorro nunca pide.
Estas frases sin sentido, dirigidas a un tú que no existe, desde un yo que es distinto cada vez que escribe.

Todo.
Todo esto.
Es mío, no soy yo.
Pero me pertenece.

sábado, 3 de marzo de 2012

Difícil

"No toleraré tener fecha de caducidad"
(verano de 2008)

Es curioso como a veces el destino nos coloca las mismas palabras en la boca, pero en fechas distintas, hacia distintos ojos que (no) escuchan, con tu piel, que no es la misma, pero con el alma que la ocupa inmutable. El ruego latente no ha cambiado de contenido, aunque sí de intensidad: es lo que tiene la madurez, aprender a olvidar, y unos cuantos corazones rotos (propio y ajenos).

Ahora quieren los hilos que manejan los acontecimientos volver a escucharme diciendo (eufemismo de suplicando) las mismas palabras que antaño me arañaron la garganta al pronunciarlas y las manos al escribirlas. Entonces no surtieron efecto, ahora... Quizá lo medite dentro de otros cuatro años. Mi yo del futuro se encargará de evaluarlo.

No sé por qué siempre me ha atraído tanto la circularidad, la repetición a lo largo de las sendas del tiempo. Me fascina a la par que sorprende y asusta. Tan impredecible y pronosticable a la vez. Las lágrimas producto del miedo, el miedo producto de las lágrimas. El llanto acabado inexplicablemente en deseo, en urgencia, en reconciliación. Me han traído el sabor del pasado, cuando era adicta a la intensidad, a las peleas que acababan en un abrazo acurrucado entre dos, o a veces, un abrazo acurrucado en las propias rodillas.

Quizá nunca logré desengancharme. Quizá nunca lo logre. O puede que solo me guste tropezarme en las mismas piedras una y otra vez: me las conozco, les tengo cariño, me sé sus aristas y sus zonas afiladas, duelen igualmente pero es un dolor familiar, casi cálido.

O quizá todo esto son fantasías de una imperfección que no me acecha ni de lejos, cuyo fantasma sólo se sustenta en la incredulidad de la felicidad: es demasiado bueno para ser cierto.

miércoles, 29 de febrero de 2012

jueves, 26 de enero de 2012

Esperar..

Lo que más me cuesta en la vida.

De ahí mi impaciencia, los cabreos mirando el reloj, andando arriba y abajo, como un león hambriento encerrado en una jaula.
De ahí la falta de orgullo. No estoy hecha para estar horas delante de un teléfono que no suena, suelo tomar la iniciativa, acostumbro a ser la que rompe el silencio, la que habla primero.
De ahí la impuntualidad.
De ahí la intensidad de mis conflictos: no dejo reposar, no me lo pienso dos veces, suelto demonios por la boca, no permito que el tiempo me calme y me haga ver las cosas más frías y objetivas.

Odio esperar.
La de veces que he dicho esa frase.

Pero ahora toca, toca dejar que pase el tiempo, que lo ponga todo en su sitio, como siempre hace. No forzar ni meter prisa.

Sentarme y, por una vez, no tratar de manejar los hilos, esperar a que pase lo que tenga que pasar.

viernes, 13 de enero de 2012

Sólo

Estremecerme.
Desayunar, almorzar, comer y/o cenar un poquito de electricidad en almíbar o a la sal.
Que me arropes con sorpresas, que provoques en mis músculos faciales la sonrisa de lo inesperado.
Una suave calma, pero intensa y agitada: un paseo en montaña rusa con el cinturón puesto. Sabiendo que no nos romperemos ninguna pierna, pero disfrutando de los altibajos, las sacudidas, los zarandeos y los zig-zag.
Que te escueza un poquito mi ausencia, que te hagan removerte del asiento los celos de vez en cuando.
Que me entregues trocitos de ilusión envueltos en papel de regalo una o dos veces al mes.
Intimidad y naturalidad, que no nos den vergüenza los lípidos de más, ni los chistes que no tienen gracia, ni los secretos enrojecedores del pasado, ni los gestos de mala educación.
Que cuando ría, el mundo entero te de igual.
Transparencia: que nunca te calles nada.
Valentía: que saltes por la ventana, que cojas un autobús, que luches contra todo.
Que te merezca la pena esperar, perder el aliento, romper la coraza, quedarte desnudo y que te vea por dentro.
Combatir a capa y espada la rutina, que cada día sea de un color, y cada beso de un sabor distinto.
Miradas directas a los ojos, caricias sin motivo, bocados en sitios recónditos, abrazos donde inundarme.
Ilusión constante, apostar el cada instante el corazón. Coger el primer avión que salga, a donde sea.
Aventuras salvajes e intrépidas, hacer de cada bache un desafío.
Que aprendas a enamorarte de mis conflictivas contradicciones y mis idiosincrásicas imperfecciones.
Respeto por mi pasado, disfrute del presente, ilusión por nuestro futuro.
Que me hagas sentir libre en la jaula de tus brazos.
Dormir enredados, sin que me des la espalda. Despertar con la sensación de que hoy va a ser un
gran día.

Sólo quiero eso, no voy a pedirte más.
Sólo te pido eso, que es exactamente lo que día a día te voy a dar.

miércoles, 11 de enero de 2012

No callar

No me cuesta decir "te echo de menos", si la ausencia me está arañando por dentro.
Ni me lo pensaría ni un segundo si tuviese que salir corriendo tras de tí, aunque supiese que no vas a girar la cabeza.
Tampoco haré que un silencio títere del orgullo se interponga entre nosotros.
Pediré perdón hasta que me salgan agujetas en la lengua si creo que lo he hecho mal.
Agotaré cada uno de los cartuchos.
Preferiré arrastrarme antes que saber que no hice todo lo que estuvo en mi mano.
Seré pesada, insistiré. Hasta quedarme sin aliento, gritaré en tu balcón y abarrotaré tu teléfono de mensajes.
Me prometeré dejarte en paz, y volveré a llamar a tu puerta cuando haga frío. Mi memoria es tan tenue cuando se trata de luchar.
No podré contenerme, no te esquivaré la mirada.
No fingiré indiferencia si me importa.

No me callaré. No podré callarme.


Si merece la pena..
Si mereces la pena.

miércoles, 4 de enero de 2012

2011

Jazmín.
Conciertos y festivales: dos fugitivas en un camerino, lluvia empapando las canciones. Abrazar al autor de la mitad de la banda sonora de mis emociones. Yann Tiersen, Vetusta Morla, Gritando en Silencio, Boikot, Iratxo...
Madrugadas nublosas, acostarme en la cama con la ropa puesta y el maquillaje emborronado.
Crear un nuevo hogar en la fortaleza de mi independencia, sentirme en familia fuera de casa. Risas esturreadas por el suelo, cachimbas, charlas con desconocidos, martes y miércoles, banquetes, disfraces, una charca llena de ranas en el salón. Juntas somos mejores.
Saberme autosuficiente, y a la vez, necesitar.
Muchas, muchas despedidas, y otros tantos cálidos reencuentros.
Recuperar un pack indivisible en su estado más puro y genuino: noches intrépidas, chipirones, chupitos, confesiones y fotos desenfocadas.
Arriesgar, coger un autobús bajo un gorro azul, arriesgarlo todo y ganar.
Emplear la sabiduría de mis fracasos para ayudar a recomponer los pedazos de un alma que, en realidad, nunca había cambiado.
Pedir ayuda y recibir abrazos húmedos, los de siempre, siempre ahí: carcajadas, complicidad, canciones, charlas, despojjos, tontunas y más tontunas.
Perdonarme.
Olvidar lo que creí tatuado. Olvidar de veras, desengancharme. Destierro.
Ver la muerte de cerca. Valorar más que nunca a mi familia: fuertes e indestructibles.
Añorar las teclas negras y blancas de mi hermano. Tiendas de campaña y mosquitos, volver a ser una niña.
Mi ADN esparcido por el mundo, aprender a cocinar, revolución.
Formatear mi corazón, y empezar a escribir de nuevo en él: volver a enamorarme.
Saltar a la comba, sorpresas, poss-its, una copa encima de una papelera.
Ver amanecer, zambullirme en el agua helada del río, baños nocturnos en la playa.
Seguridad, calma, un caos domesticado, ilusión, pasión, la pieza que encaja en mi hueco.
Io e te.
Una libreta verde para escribir nuestra historia, y un blog para no perderme.
Primates, gatetes, monas chitas, chipirones, pititas, bocasecamanes, cholulas y dumbledores.
Más jazmín.

Ver una estrella fugaz y no pedirle ningún deseo.

Este ha sido mi 2011.
Gracias a todos y cada uno de los que habéis estado en él.
Un trozo de este entresijo de recuerdos os pertenece.