sábado, 28 de junio de 2014

Soledades universales

Pelearse con la almohada,
removerse de culpabilidad,
masturbarse con rabia
y también con despecho,
beber para olvidar
y beber para recordar,
contar los demonios del techo,
llorar a escondidas,
lamentar lo que se evapora,
arrepentirse del ruido,
arrepentirse del silencio,
acicalar el orgullo,
aplastar la dignidad,
masticar la indigesta derrota,
mirarnos al espejo
con decepción y con miedo,
vomitar pena y asco,
revolcarse en el fango
hasta quedar bien empapado,
rememorar lo fallido,
releer el pasado
hasta que arañe,
rebuscar en los errores,
pensar en la muerte
y en sus posibles corredores,
saborear la injusticia,
palpitar el nerviosismo,
sudar hasta inundar,
derramar hasta secarse,
apretar los puños,
sentir un nudo en la garganta,
regar las dudas,
hacer temblar las decisiones.

Instantes negros que todos hemos respirado,
por los que sabemos que todo el mundo pasa,
y, sin embargo..
¡qué terriblemente solos y únicos nos sentimos cuando los vivimos!

domingo, 22 de junio de 2014

La gran familia

>>Tenemos una paciencia verde y sólida como un caimán
una paciencia a prueba de balas y promesas 

Sabemos aguantar con los delirios en acecho
hacer almácigos con nuestros odios mejores

Tenemos una esperanza blanca y prójima
como una paloma que ya no es mensajera

tenemos una esperanza a prueba
de terremotos y congojas

sabemos esperar rodeados por la muerte
sabemos desvelarnos por la vida

tenemos una alegría temprana como un gallo
una alegría convicta maniatada y rabiosa

sabemos cómo desatarla y sabemos
que al alba cantarán los gallísimos sueños.<<



Mario Benedetti

domingo, 15 de junio de 2014

Esta resaca no está provocada por la mierda que le metí anoche al cuerpo.
Esta resaca
viene de la mierda que ya llevaba dentro.

Mi memoria es una niña caprichosa:
a algunas frases las ignora,
y no le duran en el recuerdo ni medio suspiro,
pero otras se le clavan como tornillos.
¿Y qué hay de las palabras que esperas y nunca llegan?
¡Esas sí que no se olvidan!

Hice como que no escuchaba pero lo oí.
Me hubiera gustado que me diera igual.
Me hubiera gustado que no lo dijeras.

Te lo he pedido de mil maneras distintas,
pero hay veces que no hablamos el mismo idioma,
y a mí no me gusta suplicar migajas.

*No me pidas que te espere, porque siempre que espero estoy persiguiendo..*

Me fui al cuarto de baño a esconderme.
Para que nadie me viera.
Para no molestar.
Y nadie se percató de mi ausencia.
Me da vergüenza contarlo,
así lo que tengo que escribir.

*He aprendido, de estar solo, a llorar sin molestar*

Temo el día en que todo explote.
Todo está tan tan frío que quema.

Me quiero desintoxicar.
Pero no quiero perderte.

Hay un punto al que no podemos retornar.
No se puede volver donde nunca se ha estado.

Me quiero proteger.
Pero no quiero aislarme.

Todo están tan ardiendo... que hiela.





miércoles, 11 de junio de 2014

Prefiero sumergirme en desiertos de silencios,
dunas de dudas,
sin ayuda.

Prefiero tragar y después escupir,
volver a tragar,
y luego escupir.

Prefiero gritar en habitaciones sordas,
ahogarme en mares sin faros a la vista,
y salir a flote con mi propio salvavidas.

Prefiero mentir,
prefiero inventar.

Prefiero kilos de maquillaje,
caretas sin ser carnaval,
gafas de sol en días nublados:
prefiero ocultar, tapar, (di)simular.

Prefiero jugar al escondite con tus ojos,
cuando los míos empiecen a nublarse.

Las mareas las prefiero en la intimidad,
una cena privada aliñada de soledad.

Prefiero fingir,
prefiero actuar,
prefiero forzar,
prefiero empujar a las carcajadas
cuando se encuentren arrinconadas
y no sepan cómo echar a volar.

Prefiero escuchar antes que hablar.

Prefiero reírme de mis quejas,
repetirme una y mil veces,
que esto también pasará.

Prefiero despegar lejos del suelo,
antes de que me veas hundirme en el cieno.

Prefiero evadir y escapar,
escribir y despotricar,
prefiero enterrar.

Incluso prefiero callar.

Cualquier cosa.
Cualquier cosa antes que dar pena.

lunes, 9 de junio de 2014

Te olvidé

Te olvidé cuando dejé de empeñarme en intentarlo.

A pesar de que a veces te sueñe durmiendo,
eres solo un elemento absurdo más,
un fantasma que todos ven,
pero ya no está.

Aunque recuerde tu nombre y tu cumpleaños,
tus canciones favoritas o tus gestos;
aunque me acuerde del sudor y del fuego... Te olvidé.
Y no pude evitarlo.
Y no quise evitarlo.

Lo supe cuando dejé de echarte de menos
y de más,
justo en el momento en el que me di cuenta
que me daba igual donde se posaba tu mirada,
y tus labios,
y tu palpitar.

Y cuando te olvidé, dejaste de dolerme,
ya no me hiciste más daño,
ni más rabia,
ni siquiera lograste hacerme reír.
¡Y mira que es fácil!

Y con calma entiendo..
que si pude olvidarte,
que si pude borrarte,
y si pude salvarme...
Soy capaz de cualquier cosa.


lunes, 2 de junio de 2014

25

Hace un tiempo dejé de contar los días que faltaban para mi cumpleaños. No es que me importe hacerme mayor, es que no necesito tener un día en el que sentirme la reina.
Hoy ha amanecido con frío y lluvia, y no me he cabreado con las nubes. 

Cuando era más joven, o más pequeña o más niña (no sé de qué manera decirlo porque no sé que soy ahora si joven, mujer o niña grande) fantaseaba en cómo sería mi vida cuando tuviese 25 años. 
Pensaba que tendría un trabajo, y que me seria fácil encontrarlo porque todo el mundo me decía que yo iba a llegar donde quisiese llegar. Luego el futuro se hizo presente y las expectativas ajenas y propias tuvieron que amoldarse a la realidad, con cuidado de no crear demasiada fricción. 
Pensaba que estaría fuera de casa, que no dependería de nada ni de nadie, que habría echado a volar. Creía que nunca me iba a durar el amor, creía que mi caos siempre lo iba a estropear todo, que me iba a pasar la vida a expensas del vaivén de mis emociones, que mi intensidad me desbordaría cada día. Pensaba que estaría eternamente enganchada a un huracán, que nunca dejaría de ser una muchacha salvaje. También pensaba que nunca perdería a mis amigos, a mis imprescindibles. 

Y hoy.. No tengo un trabajo ni una casa ni un coche. Ni hay atisbos de que los tenga en un futuro cercano. Algunos imprescindibles dejaron de serlo, pero otros han llegado y ahora son piezas esenciales. 
Hoy he comprendido que nada dura para siempre, pero que dura para siempre mientras lo vives y lo recuerdas. Y que hay personas que no tienen que estar cerca para ser insustituibles. Ni tienen por qué serlo sólo porque estén cerca. 
Hoy elijo cuando quiero volar. 
Hoy sé amar de la mejor de las maneras, porque he tenido el mejor de los maestros. 
Hoy vivo más intensamente las risas que los llantos, hoy no persigo, hoy no me castigo, hoy no maldigo. No me lamento, no me miento. 
Hoy miro a mi alrededor y no me puedo sentir mejor acompañada. 
Hoy no quiero pensar dónde estaré dentro de cinco, diez o quince años.
Hoy.. No me parezco en nada a lo que creía que sería, pero soy lo más parecido a que lo deseaba ser. 
Hoy no tengo, pero hoy soy.



*Sin llaves a las puertas del instante estoy..*