lunes, 2 de junio de 2014

25

Hace un tiempo dejé de contar los días que faltaban para mi cumpleaños. No es que me importe hacerme mayor, es que no necesito tener un día en el que sentirme la reina.
Hoy ha amanecido con frío y lluvia, y no me he cabreado con las nubes. 

Cuando era más joven, o más pequeña o más niña (no sé de qué manera decirlo porque no sé que soy ahora si joven, mujer o niña grande) fantaseaba en cómo sería mi vida cuando tuviese 25 años. 
Pensaba que tendría un trabajo, y que me seria fácil encontrarlo porque todo el mundo me decía que yo iba a llegar donde quisiese llegar. Luego el futuro se hizo presente y las expectativas ajenas y propias tuvieron que amoldarse a la realidad, con cuidado de no crear demasiada fricción. 
Pensaba que estaría fuera de casa, que no dependería de nada ni de nadie, que habría echado a volar. Creía que nunca me iba a durar el amor, creía que mi caos siempre lo iba a estropear todo, que me iba a pasar la vida a expensas del vaivén de mis emociones, que mi intensidad me desbordaría cada día. Pensaba que estaría eternamente enganchada a un huracán, que nunca dejaría de ser una muchacha salvaje. También pensaba que nunca perdería a mis amigos, a mis imprescindibles. 

Y hoy.. No tengo un trabajo ni una casa ni un coche. Ni hay atisbos de que los tenga en un futuro cercano. Algunos imprescindibles dejaron de serlo, pero otros han llegado y ahora son piezas esenciales. 
Hoy he comprendido que nada dura para siempre, pero que dura para siempre mientras lo vives y lo recuerdas. Y que hay personas que no tienen que estar cerca para ser insustituibles. Ni tienen por qué serlo sólo porque estén cerca. 
Hoy elijo cuando quiero volar. 
Hoy sé amar de la mejor de las maneras, porque he tenido el mejor de los maestros. 
Hoy vivo más intensamente las risas que los llantos, hoy no persigo, hoy no me castigo, hoy no maldigo. No me lamento, no me miento. 
Hoy miro a mi alrededor y no me puedo sentir mejor acompañada. 
Hoy no quiero pensar dónde estaré dentro de cinco, diez o quince años.
Hoy.. No me parezco en nada a lo que creía que sería, pero soy lo más parecido a que lo deseaba ser. 
Hoy no tengo, pero hoy soy.



*Sin llaves a las puertas del instante estoy..*




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