viernes, 29 de noviembre de 2013

Lo sentimos: el aforo de despedidas de este cuerpo está completo.


¿Acaso no lo sabías, pequeña? La magia de estos días tenía que tener un fin, sólo así podrás y sabrás apreciarla. Si ves una flor rara todos los días pronto dejará de ser peculiarmente hermosa.
¿Por qué lloras, sentada en el suelo y escondida de todos, niña? Echa el mar de tu mirada y después sécate los ojos. Date cuenta que tras cada adiós se esconde un reencuentro futuro.

Quieres pegarte el baño más largo del mundo, que limpie todo, por dentro y por fuera.
¡Qué gracia me haces cantando, creyendo que tu voz es dulce sólo porque la acústica te favorece! Mírate, después de tantos años, con la voz quebrada. Olvidaste que para entrar en la ducha debías quedarte totalmente desnuda. Absolutamente desprotegida. Empápate de agua caliente hasta que tus dudas y tus dedos se arruguen.

¡Cómo tiritas cuando escapas de tu escondrijo! Claro, si sales al mundo con el pelo todavía mojado te congelarás del frío. Ningún jersey podrá cobijarte. Así que seca, seca bien cada milímetro y vístete, y que el traqueteo de los innumerables quehaceres del día te salven de pensar,
y sentir,
de pensar.




lunes, 25 de noviembre de 2013

El niño de la sonrisa resplandeciente

Quizá no te gustan los niños porque te recuerdan que ya no lo eres. O tal vez porque ellos tienen la potestad de hacer todas esas cosas que tú haces metido en tu cuerpo de hombre.
Pero tú disfrutas con los dibujos animados como un enano, y aún no te sale la barba como a un mayor. Tú juegas siempre que quieres, tú ríes y haces reír con tu espontaneidad y tu ingenio. Te peleas con otros niños, ¡pero de mentira! Tú eres generoso y compartes cada centímetro de lo que tienes, por dentro y por fuera. Cuidas a las personas que te rodean como si fueran tesoros, casi sin esfuerzo, porque te sale solo. Se te nota en tu letra y en tu despreocupación, en cada libro que te sumerges y en el país de las maravillas en el que vives. En las travesuras y en las locuras que inventas, en tu imaginación ilimitada, en la diversión sin fin que creas a tu alrededor. En que estás construyendo tus sueños, paso a paso, paciente, disfrutando del camino, haciéndote cada vez más grande...

Hoy eres un chiquillo que cumple 25 años como 25 lunas.

Y mañana... ¡mañana serás lo que quieras ser!

A lo mejor aún no te pagan por ello, pero para mí (y para muchos más) ya das VOZ a nuestras vidas.

Y acuérdate... ¡que somos los inmortales!

¡Felices 25!

*Prohibido crecer demasiado...*




lunes, 11 de noviembre de 2013

Incondicional

"Y si alguna vez te sintieras amenazada, no tienes más que llamarme, y yo acudiré a tu lado, estés donde estés, para defenderte con mi vida, si es necesario" (Memorias de Ihun, Laura Gallego) 

A veces no te das cuenta de lo muchísimo que echas de menos a una persona hasta que vuelve. Hasta que regresa, y aunque sabes que tiene que volver a irse, su presencia produce los mismos efectos. Y nada ha cambiado. Siempre elogiando las maravillas y ventajas del cambio, de la transformación, de la evolución. Pues bien: yo estoy orgullosa de que cada vez que hablamos (sea cada semanas o meses) nuestra voz adquiera el mismo tono que antaño, nuestra complicidad siga hilando las palabras, tu mirada entienda cada uno de mis gestos, y mi abrazo no quiera otra cosa que estar enganchado al tuyo. Reivindico la perennidad de nuestro vínculo, la calidez que se mantiene viva durante años, los lazos que soportan tiempo y distancia sin inmutarse. Defiendo que eso no haya cambiado. Y, por favor, que jamás cambie. Que tus halagos sigan abrumándome, que tus manos sigan siendo calientes y cercanas, que tu sabiduría, tu generosidad y tu altruismo sigan siendo tu bandera. Que sigamos haciéndonos ilusión, recordando lo niños que fuimos, planeando lo adultos que seremos. Y saber que existe un siempre, y es que siempre podré contar contigo. Y que sepas que esa herida que fue tu marcha ya no duele, y no porque te haya olvidado o ya no me importes: sino porque aunque ya no dependamos el uno del otro sigues siendo una de las personas más especiales de mi vida. Porque sé que estás aunque no estés. Porque no te necesito, pero eres indispensable. Donde hubo tanta luz no puede haber oscuridad.

Sé que llevas mucho tiempo esperando leerte entre estas líneas... Espero que sepas localizarte, y espero que la espera haya merecida la pena.
Estas cosas... o salen a borbotones o no salen.