domingo, 30 de septiembre de 2012

Anatomía del instante en el que me doy cuenta de que no estás

Justo en este instante.
Este.
El que ahora me duele.
Una canción, que ni siquiera habla de tí y de mí. Esa canción me ha arrancado de los brazos de la ignorancia en la que me he protegido estos días. No lo había asimilado, hasta ahora. Hasta este preciso momento.

Me he escapado en ciudades que no nos pertenecen, me he refugiado en sus esquinas y sus recovecos, en todas aquellas rutinas que no tenían que ver contigo. Con nosotras.
He distraído a la mente, me he preocupado de otros para no detenerme y pensar en el hueco. En la ausencia.

He vuelto a casa y mis brazos han hecho el gesto instintivo de llamarte. De agarrar el teléfono para escucharte, para que nos veamos y nos riamos juntas.

Pero es que te has ido.
Joder.
Te has ido.

¿Que dónde estoy?
Yo estoy aquí, cielo.
Siempre aquí. Un siempre de verdad, un siempre que no caduca ni se evapora.
Palabras convertidas en hechos, de veras, siempre.

Suelo decir que no soporto esperar.
Pero es que hay cosas por las que merece mucho la pena esperar.
Todo el tiempo del mundo.
El que haga falta.


No estarás sola, 
vendrán a buscarte batallones de soldados 
que a tu guerrilla de paz se han enrolado. 
Y yo en primera fila de combate 
abriendo trincheras 
para protegernos, mi guerrillera. 

No estarás sola, 
te saludarán a tu paso en mil idiomas, con mil lenguajes, 
la gente a la que despertaste en cada viaje.

No habrá distancias 
que no cubra cualquier hombre que te busque. 
No habrá rincón en que tu nombre no se pronuncie. 
No habrá misterio o duda en que tu presencia no luzca, 
FARO solidario en ausencia de paz, 
en tiempos difíciles Estrella Polar. 

Sola nunca, nunca estarás. 

No estarás sola, 
siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida, 
quien te de aliento cuando te des por vencida. 
Tu revolución llenará sonrisas, 
yo la incorporé a mis aperos 
de trabajo, a mi vida. 

Clava hoy tus raíces en mí. 
Quién pudiera retenerte aquí. 
Visitaremos lugares a los que hemos 
ido antes juntas, 
antes de conocerte, 
antes de encontrarte. 

No estarás sola, 
siempre habrá quien te ayude a hacer las mudanzas, 
quien te regale manos flores presencias sin pedir nada. 
Y allí estaré para quererte, 
y aunque no esté, 
allí estaré para quererte.  

No estarás sola. 
No, no estarás sola. 
No estarás sola. 


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