martes, 2 de agosto de 2011

En la punta de la lengua

El estado de nuestra conciencia es peculiar. Hay un hueco allí, algo más que un hueco. Es un hueco intensamente activo. Algo como el espectro del nombre está ahí, invitándonos con señas en una determinada dirección, haciéndonos percibir en algunos momentos el hormigueo de una sensación de cercanía y luego dejándonos de nuevo hundidos sin el esperado término. Si se nos sugieren nombres incorrectos, este hueco singular actúa inmediatamente negándolos. No encajan en su molde. Y el hueco de una palabra no se siente como el hueco de otra... El ritmo de una palabra perdida puede estar ahí sin un sonido que la arrope.
William James, 1950.

Puede que no fuera más que un trozo buscando otro trozo. No una mitad, sino un hueco. Esperando la palabra, el nombre oportuno, aquel que encaja sin necesidad de lubricante, ni de fricción, sin someterlo a fuerza. Se desliza, suave... Sin necesidad de cambiar. Sin tener que ser otro, sin disfrazarse, ni mutar ni jugar a ser distinto.
Sólo una pieza encajaba en ese hueco. Quise forzar, quise que encajaran otras palabras a puñetazos, a patadas, con saliva, con lágrimas. Pero no hay sonidos de plastilina. No son moldeables, no les puedes dar la forma que se adapte a los recovecos de tu piel.
No quería cambiar, no quería que nadie cambiase por mí. Buscaba el ritmo de mi palabra perdida, que se encontrase con el sonido que la esperaba, con los brazos abiertos, con las esquinas y las curvas que eran perfectas por el simple hecho de que no tenían que modificarse.
Y así, las palabras encuentran su sonido, el sonido encuentra la voz o los dedos, y al pronunciarlas, todo es fácil... No requiere esfuerzo, es un engranaje hecho para funcionar. Intenso y activo, ese hueco sabe de qué será llenado, anticipa la cercanía, hormigueo y cosquilleo, los movimientos inconscientes y sin pensar te van marcando el camino, te hacen evidente una verdad que está oculta, intensa y activa.
Ni media naranja, ni gajos. Sólo un hueco, esperando. Cambiarlo todo envuelto en la sencillez de las palabras.

Pienso mucho en tí..

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