jueves, 27 de junio de 2013

Como si

Como una sirena chapoteando en el desierto,
como un campo de girasoles bajo un cielo cubierto,
vienes cargado de esperanzas caducas
suponiendo que las regaré con mi sonrisa salvaje,
como si incombustible fuera mi locura,
como si llevara suficiente fuerza para los dos en mi equipaje.

Como a quien nunca le han roto el corazón,
como el niño inocente que quiere jugar con fuego,
te acercas con reservas de imprudente ilusión
creyendo que las ganas no se desgastan con el tiempo,
como si mi intensidad no necesitara recargarse,
como si las mariposas de mi estómago fueran incansables.

No quiero ser yo la que te diga
que siempre es la más larga de las mentiras.
Así que te arropo y te doblo las esquinas,
nos invento una caricia que dura toda la vida.

Como un desertor de conciencia renegado,
como una nación que nunca ha entrado en guerra,
llegas con tu ilusa bandera blanca en la mano
pensando que la batalla jamás merecerá la pena,
como si mi alma no necesitara furia de vez en cuando,
como si yo prefiriese la fría calma al vaivén del tornado.

Como un cerrajero que todas las puertas sella,
como en un circo un domador de fieras
pretendes cerrar con tus labios la boca que besas
anhelando la exclusividad de mi deseo y mi abrazo,
como si se pudieran censurar los párpados,
como si fuera a dejarme domesticar en tu regazo.

No quiero ser yo la que te diga
que juntos es la más cercana de las mentiras.
Así que me acerco y te limo las espinas,
nos esculpo una huella que dura toda la vida.

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