domingo, 20 de agosto de 2017

Mi cuerpo

Mi vientre no es un recipiente
de nudos o mariposas borrachas,
es mi barriga una fábrica de cosquillas,
una cama donde mis carcajadas
se expanden a sus anchas.

Mi boca no es un nido de reproches,
ni de quejas o penas pegajosas,
son mis labios dos toboganes ascendentes
que casi siempre encuentran motivos
para colonizar mis mejillas.

Mis ojos no son precipicios
con oscuros recovecos donde perderse,
son dos arcoiris indecisos,
a veces rojos de tristeza censurada,
a veces violetas como tormentas de verano,
a veces azules como océanos serenos,
a veces transparentes de tanto limpiarse.

Mis manos no son anclas
donde agarrarse con firmeza,
son mis dedos diez rabos de lagartija
inquietos y resbaladizos,
cuerdas húmedas y suaves
que solo se dejarán entrelazar
en la preciosa comodidad de la confianza.

Mi cuerpo no es un mapa del tesoro,
apenas esconde secretos o riquezas.
Es mi piel un libro donde leer en braille
cicatrices pasadas,
verdades calladas,
confesiones guardadas,
terremotos y vaivenes,
aterrizajes y despegues,
secuestros y rehenes.

Mi cuerpo es un puzzle inacabado
cuya última pieza
solo yo puedo encontrar.




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